l reloj es realmente de otro mundo, con un movimiento encapsulado en un tubo de zafiro que puede pivotarse a 360 ° y una alternativa radical centenario muelle del volante, un accesorio inamovible del mecanismo tradicional: un micro-pivote indestructible, una hoja espacialmente pivotante y resonante y un escape de retención de latido perdido. Con el DR-01, Dominique Renaud y su compañero Luiggino Torrigiani están realmente abriendo un nuevo capítulo en la historia del reloj mecánico, demostrando que el concepto está lejos de ser obsoleto. Pero, como cualquier revolución, esto no ha salido de la nada. Se remonta a sus raíces, como lo demuestran los pocos objetos que Dominique Renaud ha elegido revelar y explicarnos.
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- ACEITE DE OLIVA: «En el sur de Francia, todavía estaba haciendo trabajos de relojería para terceros, pero realmente me pareció necesario tener algo de espacio para imaginar libremente nuevos conceptos. Tenía una cabeza llena de ideas, proyectos de nuevos escapes ... Y entonces Bruno Ferrières, un amigo productor de aceite de oliva, me presentó a un amigo suyo, Luiggino Torrigiani, que también tenía una casa cerca. Era el director de marketing de varias federaciones deportivas que habían participado muy activamente en el proyecto Solar Impulse, para el cual había recaudado fondos considerables ... Y cuando me escuchó hablar sobre mis revolucionarias ideas relojeras, de inmediato dijo»bingo«. ¡Vendí una patente y nos lanzamos a la aventura del DR01 sin mirar atrás! Y todo gracias al aceite de oliva».