ntre tradición y metamorfosis, los relojes de la línea Chiffre Rouge se enriquecen con los códigos más emblemáticos de la casa. Modelos que reafirman su audacia con su segundero escarlata, un tono de intenso carácter que encarna el «color de la vida» a los ojos de Monsieur Dior. El número ocho, su favorito, se sublima a su vez con este tono vibrante como un maravilloso talismán. La caja, por su parte, revela un lado sutilmente agrandado y afilado, una asimetría arquitectónica que le confiere un encanto único.

En 2025, esta extraordinaria colección se completa con nuevas versiones de estética de alta costura. Los objetos de deseo se presentan esta temporada en tres variantes ultracontemporáneas, disponibles en una edición limitada de 100 ejemplares: una caja de 38 mm, de diseño depurado o adornada con diamantes, notas de oro rosa y un cronógrafo de 41 mm con un prestigioso movimiento que puede medir una décima de segundo. Todos están equipados con mecanismos automáticos de alta precisión, visibles en la parte posterior gracias a un fabuloso juego de transparencias que celebra las habilidades virtuosas de los Ateliers.

Reinterpretadas con un toque moderno, sus esferas se distinguen por un cautivador degradado rojo con contornos de ébano y un acabado sunburst que brilla con un brillo ondulado, junto con el gráfico y llamativo motivo cannage, un símbolo eterno de la Maison, también presente en el volante y las correas de caucho intercambiables para un look total Dior. Como toque final, estos majestuosos relojes están adornados con un efecto ultramate combinado con detalles pulidos, atreviéndose a crear todo tipo de contrastes.

Dos modelos exclusivos Chiffre Rouge Tourbillon Grey Ultramatte enriquecen también esta encantadora gama. Expresiones de absoluto refinamiento, incorporan un tourbillon volante, un componente de alta relojería reinterpretado con el motivo cannage, cuya malla aparece en la esfera cada 15 segundos. Ambos son ediciones limitadas y numeradas, la primera de 20, la segunda de 8.

Estas joyas, totalmente vestidas de gris, desde la caja hasta la correa de piel de aligátor, son un sutil homenaje a la tradición y la inventiva de la Maison. La primera creación está adornada con notas de oro rosa, mientras que la segunda, infinitamente preciosa, está engastada con cientos de diamantes y oro blanco, ofreciendo un efecto escarchado. Un homenaje a la excelencia de los maestros relojeros de Dior.