ylvain Berneron nació en Versalles hace 35 años. Su padre, ingeniero informático y mecánico apasionado, le transmitió su amor por la precisión, los coches, las motos y los relojes. Su madre, pintora aficionada, le inculcó el sentido artístico y la creatividad. Cursó el bachillerato en Artes Aplicadas, luego un año en las Bellas Artes de París, antes de estudiar diseño industrial, la disciplina que más le atraía.

Su primera oportunidad decisiva lo llevó a la industria automotriz: “A mitad de mis estudios, gané un concurso de diseño industrial que me permitió realizar prácticas de seis meses en BMW”, relata. “Así que me sacaron de la escuela y me pusieron en su centro de I+D en Múnich como Werkstudent. Tenía 19 años, no hablaba Alemán, trabajaba 35 horas semanales para ellos y por la tarde trabajaba en mi curso universitario en Múnich para convalidar mi máster en diseño industrial”.

Sylvain Berneron

Los seis meses que pasó allí le enseñaron disciplina y un preciso sentido del diseño. Pero, como él mismo admite: “Pronto me frustré por la falta de libertad creativa, debido principalmente a las limitaciones en cuanto a contaminación, seguridad y reducción de costes. Se nota, prácticamente todos los coches son iguales…”.

La secuencia de Fibonacci, referencia de un ideal de belleza inspirado en la naturaleza, también estuvo presente en el diseño del Mirage 38 de Sylvain Berneron.

Choque frontal entre ingeniería y arte

El deseo de cambio lo impulsó a crear su propia empresa de diseño en París en 2012. Realizó trabajos freelance para empresas de automoción, motocicletas… y relojeros, trabajando, por ejemplo, en el IWC Ingénieur Chronograph Nico Rosberg. “Eso me llevó a ser contratado por Richemont en Meyrin durante casi cinco años, donde trabajé en diseños para Baume & Mercier, Jaeger-LeCoultre e IWC”, explica. “Después, seguí a Georges Kern a Breitling, donde ayudé a rediseñar prácticamente toda la cartera”.

El Mirage Sienna en oro amarillo de 18 quilates, ganador del Premio Audacia GPHG en 2024

Aunque diseñador industrial de formación y por elección, la relojería siempre ha formado parte de su vida. “Crecí rodeado de relojes y motos”, recuerda. “Mi padre y sus hermanos eran aficionados a los relojes, no como los vemos hoy, que los ponían casi en un pedestal. Les gustaban los relojes prácticos, relojes-herramienta como el Omega Speedmaster o el Rolex Submariner. Yo jugaba con sus relojes en el jardín. Pulsaba los botones y giraba los biseles sin preocuparme de si los rayaba o ensuciaba. ¡El estatus de un reloj ha cambiado por completo desde entonces!”.

El Mirage Sienna también está disponible en oro de 18 quilates. La forma asimétrica de la caja se inspiró en la arquitectura del movimiento.

¿Cómo llegó a crear su propia marca? “Mis primeros encargos de relojería despertaron mi interés natural. Me di cuenta de que un reloj es una combinación perfecta de ingeniería y arte, y que ofrece una emocionante colisión frontal entre estos dos mundos. Aun así, nunca me había planteado crear mi propia marca. Me gusta la idea de influir en el diseño de una marca, pero respetar su ADN pronto resultó restrictivo. Fue esa frustración creativa la que me impulsó a lanzar Berneron”.

Y qué bien lo hizo. Hoy, gracias a su Premio Audacia en GPHG 2024, el Mirage 38 ha encontrado su mercado. La cartera de pedidos del Mirage 34 está llena hasta 2028 y la creatividad desbordante de Sylvain Berneron continuará con una nueva colección de relojes con calendario que se lanzará en 2025.