Este no es el viejo reloj de tu abuelo. Manufacture Vuillemin utiliza técnicas tradicionales para producir relojes de pared con un atractivo moderno y artístico.
A mi entender, Manufacture Vuillemin es el único fabricante de movimientos de relojes mecánicos de pared en Francia. La empresa también posee el label de la «Entreprise du Patrimoine Vivant» en Francia. Todo esto esencialmente hace que la compañía Manufacture sea la abanderada de Francia en términos de fabricación de relojes.
A la Manufacture se la conoce sobre todo por sus relojes mecánicos de pared, específicamente esos conocidos como relojes de «jaula del hierro», que han sido una especialidad de la región Francesa en donde la compañía está basada. Estos movimientos exigen un proceso de fabricación único, en particular para producir el carillón por el que sus jaulas de hierro son conocidas.
Pero Manufacture Vuillemin también utiliza su medio siglo de know-how para diseñar y producir piezas más contemporáneas.
El reloj Kairos, por ejemplo, es quizás el más moderno de la colección. Sus mecánicas chapadas en paladio están encerradas en una jaula termo-laqueadas en rojo, añadiendo una mirada futurista al diseño tradicional del típico reloj del abuelo.
También me gustan sus relojes de pie, que se doblan como esculturas y parecen propiamente obras de arte. Vienen en dos colecciones personalizables, el Clipperton y el Délos.
El Délos, por ejemplo, se encuentra a una altura de 191 cm y está hecho de nogal Francés acentuado por acero inoxidable. Proporciona 8 días de autonomía y también incluye una función automática de apagado nocturno para asegurarse de que las cosas estén tranquilas mientras se duerme.
La empresa se basa en las técnicas tradicionales para hacer estos relojes. Técnicos y relojeros utilizan materias primas - como latón y acero - que luego se estampan, pliegan, cortan y pulen para crear los mecanismos. De hecho, no hacen menos del 96% de los movimientos en la propia casa.
Representando al reloj Francés desde hace más de 50 años, esta marca parece haberse ajustado estilísticamente y haber tomado el buen concepto viejo del reloj del abuelo bien entrado en el siglo XXI.