Seiko se encargó de hacer el reloj oficial para el primer evento deportivo internacional celebrado en Japón en 1964, que desencadenó el desarrollo de un reloj con función de cronómetro. El Crown Chronograph era un cronógrafo simple basado en el Crown, un reloj mecánico de cuerda manual. Aunque es un cronógrafo de un solo pulsador, el uso de una rueda de pilares permite un control fiable del cronómetro. Hasta el día de hoy se considera un reloj legendario que irradia la capacidad de intransigente en la manufactura de Seiko. No solo en su función sino también con su diseño y alta legibilidad, el reloj es un estándar para indicar la hora.
El diseño del Crown Chronograph de 1964 se ha reproducido con la mayor fidelidad posible. Los numerales Arábigos claramente definidos aplicados al bisel estrecho y las finas gradaciones de minutos resaltadas en la esfera, se han reproducido en todas partes. La caja tiene una forma inclinada hacia adentro para que descanse firmemente en la muñeca, lo que aumenta la estabilidad. El número de serie está inscrito en el reverso de la caja.
Este modelo tiene una reserva de marcha de 70 horas, por lo tanto, no hay preocupación por la energía restante el lunes por la mañana, incluso si el reloj no se utiliza durante el fin de semana.