La relojería mecánica cumple con la alta costura en esta pieza de Pierre DeRoche. En su corazón late un movimiento cronógrafo automático con gran fecha.
Este viene a la vida dentro de una composición muy estilizado que se acentúa aún más por 64 diamantes (1,28 quilates). El toque final de glamour, una correa de cocodrilo inusual inspirada en un corsé, que hace que este GrandCliff Milady lo último en sensualidad relojera.
Fuente: Europa Star Marzo del 2015