En segundos y sin ninguna herramienta, el reloj se transforma con facilidad y libertad, lo que da como resultado posibilidades previamente desconocidas en la relojería. El reloj se descompone en tres partes:
la cápsula, el corazón del reloj que contiene su movimiento mecánico preciso, que, una vez comprado, acompañará al usuario durante décadas;
el carrure, el cuerpo del reloj que puede dar una forma deportiva, así como una forma de vestir;
La pulsera, el vestido del reloj que es el toque estilístico o práctico. Una nueva opción de personalización, los brazaletes Luminova®, agrega al catálogo de personalizaciones de la marca nuevas oportunidades para su complicación de vestir. Hegid apuesta por un lujo artesanal y original.