Por Pierre Maillard
En esta época de crecimiento sostenido del sector de los relojes mecánicos, las ampliaciones o la edificación de nuevas unidades de producción han adquirido gran valor estratégico para muchas marcas. Una de las mayores necesidades hoy en día es la reorganización de las distintas actividades de producción bajo un solo techo.Ya vimos como sucedía esto hace algunos años en Patek Philippe y Vacheron Constantin en un tiempo en el que ambas marcas tenían sus unidades de producción desperdigadas en diferentes ubicaciones. Reagrupándolas en un área favorecieron las condiciones para una mejor integración de las diversas fases en la creación de un reloj, lo que repercute directa y finalmente en el propio reloj. En la fase actual de plena madurez de la relojería, el punto culminante se alcanza con la integración del diseño completo del reloj y de su mecánica. Audemars Piguet sintió no tan solo que estaban apretados en su fábrica, que había sufrido numerosas ampliaciones (el primer edificio de 1875 se amplió sucesivamente en 1907, 1957, 1972, 1974 y 2000), sino que ésta ya no cumplía con las necesidades de producción actuales de la firma. No solo eso, sino que además la compañía se encontraba desparramada en cinco lugares diferentes en el Valle de Joux. Se hacía necesario responder a los nuevos desafíos empresariales derivados del continuo crecimiento, que expresado cuantitativamente – 25.000 relojes al año – o cualitativamente – complicaciones, metales preciosos – condujeron a Audemars Piguet a tomar la decisión de reagrupar todas sus actividades en una nueva factoría. Se aprovisionó una inversión de 35 millones de CHF para la “Manufacture des Forges” (el apelativo histórico de la fábrica) como medida para preservar la independencia del grupo Audemars Piguet, que es la última y más antigua fábrica de relojes que aún pertenece a la familia fundadora. Esta nueva instalación debía ser capaz de absorber las necesidades del próximo futuro de la compañía, cuyos objetivos establecen un crecimiento controlado del 15% anual que corresponden a un 8 o 10% de incremento de la producción (la diferencia a causa del aumento de costes). Otros objetivos son el fortalecimiento de las colecciones clásicas y contemporáneas y el desarrollo de una línea de joyería.
Apuestas industriales
A nivel industrial, la “Manufacture des Forges” debería permitir a la compañía reforzar sus principales campos de actividad: mayor sofisticación en la integración de la producción de sus propios movimientos y evolución de los procesos ya integrados de fabricación de cajas y ensamblaje. La fábrica incorporará un departamento de investigación y desarrollo, una oficina técnica y un centro logístico. Esta reestructuración bajo un único techo busca la mejora de la colaboración entre los distintos oficios así como fomentar la sinergia entre los distintos grupos. Finalmente, se busca mantener el carácter artesanal, fundamental en la alta relojería, a base de aumentar el número de las pequeñas unidades producción y talleres que emplearan un máximo de 40 personas que disfrutarán de excelentes condiciones laborales. La arquitectura de la construcción se adapta a estas necesidades, con un edificio principal en forma de Π de 7.500 m2. El ala transversal albergará los talleres “diagonales” y las dos patas paralelas alojarán uno la fabricación de movimientos y el otro la fabricación de relojes. Estarán unidos por corredores al edificio ya existente donde se llevarán a cabo las tareas de ensamblaje final.
Desarrollo Sostenible
Conforme a la doctrina de la Fundación Audemars Piguet,creada en 1992,que propone actuar contra la deforestación de la tierra (colaborando en 58 proyectos a gran escala, en 26 países, financiado por una parte de los ingresos procedentes de la venta de relojes), los edificios se han diseñado de acuerdo con estrictos protocolos a largo plazo. Integrados perfectamente en el verde paisaje rural de Le Sentier, las construcciones evitaran el uso de materiales contaminantes. Calefactados con las abundantes maderas de la región, no usarán combustibles fósiles para su climatización gracias a un sistema de recuperación de calor. Debido a estas disposiciones, la fábrica se ha ganado el distintivo Minergie-Eco, una certificación de eficiencia medioambiental muy preciada que demuestra que el edificio hará el menor impacto posible en el medio ambiente. Esta conciencia medioambiental dice mucho en favor de Audemars Piguet, que predica con el ejemplo cumpliendo con los criterios del desarrollo sostenible en un proyecto que va a garantizar su independencia en el futuro.